Han pasado los
días, las semanas, los meses y hasta los años y un asunto, una tarea fundamental
no ha sido resuelta en el tema electoral en Venezuela, se trata del sistema
automatizado de votación.
El sistema
automatizado de votación en Venezuela, esa especie de caja negra de avión que
solo pocos “expertos” conocen, pocos testigos han visto y muy pocos conocemos
de forma pública para su debida evaluación, se nos presenta otra vez en el
escenario de la política nacional como único medio disponible y obligatorio
para sufragar y así escoger a los representantes del destino de millones.
En consecuencia
se nos impone creer en su inocuidad y perfección casi de forma dogmática so
pena de ser considerado algo así como un sacrílego tanto por los oficialistas (chavistas para los no iniciados) como por muchos de la oposición venezolana.
Pues, a
todo esto yo me opongo, si por mí fuera, si en mi poder estuviera, el
sistema automatizado actual sería eliminado de raíz. El sistema automatizado ha
sembrado dudas (por decir lo menos) desde su implementación, especialmente en
los últimos tiempos, siendo la guinda del pastel, las últimas elecciones
presidenciales donde Nicolás Maduro se perfiló “favorecido” (era inevitable
usar las comillas) frente a Henrique Capriles Radonski con un dudoso 1,49% de
ventaja, a pesar del descontento popular reinante en el momento (año 2013) y de
que Maduro sencillamente era un perfecto desconocido desprovisto del liderazgo
e influencia que el Ex-Presidente Chávez evidentemente ejercía en sus
seguidores, de hecho, al día siguiente de esas elecciones recuerdo las calles
eran un perfecto cementerio, hubiera sido una locación perfecta para películas del
corte de “El Ultimo Hombre Sobre la Tierra”, o similares, durante ese día di
varias vueltas en mi ciudad incluso realice unas compras en distintos sitios de
distintos estratos sociales y en todos los casos el rostro de toda esa gente de
clase media y de estratos humildes era la misma, una cara de tristeza e
incredulidad, de pesar y decepción ante la “victoria” de Maduro (lo mismo lo
viví ante la “victoria” del ex presidente Chávez apenas en el año 2012).
EL TEMA CENTRAL, LAS CAPTAHUELLAS.
En todo caso y
razón del presente post, es mi oposición a nuestra propia oposición política –
no me mal interpreten – me refiero, al hecho de que a esta altura, 03-10-2015
todavía el tema del sistema automatizado y el espejismo de virtud que supone el
uso de las capta huellas como el instrumento que garantizaría ninguna persona
pueda votar por otra, no se ha nombrado en ningún momento en los términos serios
y enérgicos que el caso supone, por
parte de los verdaderamente interesados, nosotros, por intermedio de nuestros
representantes políticos.
Me opongo a
que nos traten como niños, que no se nos hable claro, que no se nos diga que el
monstruo está herido de muerte pero que eso solo lo hace más peligroso, que podemos
vencerlo pero que no bastará con solo votar, que las circunstancias podrían
exigir sacrificios incluso impensables, pues, ¿qué iluso podría pensar que este
monstruo de corrupción y uso vulgar del poder, en serio piensa dejar así como así
un órgano de poder tan importante como lo es la Asamblea Nacional de Venezuela
a la oposición, tan solo porque seamos mayoría?, por favor! si desde hace rato somos
mayoría y nuestro voto ha sido utilizado como papel higiénico por los que hoy
nos gobiernan.
No hay que ser
un erudito, yo que he participado en todos los procesos electorales en estos 15
años he podido notar de forma alarmante varios detalles respecto del sistema de
votación, como por ejemplo:
1.- Los
Equipos denominados Capta huella no
tienen, no les veo, por más que estuve pendiente de hacerlo en las elecciones
en que he participado, algún medio de conexión o transmisión de red que los
conecte con una base de datos central de huellas y así determinar si la huella pertenece
a alguien que pudo haber ya ejercido voto en otro centro de votación o incluso
en otro Estado o región.
2.- El
operador de máquina, durante la vuelta de la denominada herradura de votación,
nos solicita la cédula de identidad, el mismo operador digita el número de
nuestra cédula en el equipo capta huella mediante el pequeño teclado de que
dispone (aquí ya dejamos de ser amigos), en este punto, me pregunto, ¿como por
que el operador debe ingresar nuestra cedula antes de pedirnos coloquemos el
dedo en el equipo biométrico? pues, luego de ingresar nuestro número de cédula,
el equipo muestra nuestros datos y como algún tipo de “saludo a la bandera”
como decimos aquí, el operador nos pide colocar el dedo en el dispositivo y se
nos permite pasar al área de la máquina de votación para poder ejercer nuestro
derecho al voto.
En este punto,
me detengo, el orden no es ese, jamás debería ser ese, lo que debería hacerse en
el momento de ejercer nuestro voto es:
1.- Se nos debería
pedir colocar nuestro dedo en la capta huella.
2.- Los datos
se deben mostrar en pantalla.
3.- Se nos
debe pedir la cédula solo para verificar (no se debe digitar jamás nuestro
número de cedula en ningún caso, ni ningún otro dato).
4.- Si
existiera alguna incongruencia, sencillamente se nos debe pedir esperar la
presencia de algún representante del CNE y cualquier otro que permitan en ese
momento tratar de indagar que pudo haber ocurrido y que medios para subsanar
cualquier error se pueden ejercer, o en todo caso, detener a la persona en
flagrancia durante el intento de ejecutar un ilícito electoral.
Ahora, paso a
explicar porque de mi llamado de atención a la oposición política que nos
representa, es un punto muy particular y personal, pero creo no se trata de
verle el lado negativo, se trata de que nuestra oposición política tome cartas
en el asunto y rectifique en lo que deba rectificar:
1.- El pasado
30 de mayo participe en la marcha por la liberación de presos políticos convocada
por esa valiente mujer Lilian Tintori (no se que otro sacrificio quieren que ella
haga) prácticamente ella y su esposo,
Leopoldo López, se han echado literalmente encima al país para tratar de
sacarnos de este adormecimiento mortal que nos consume y nos reduce a simples
espectadores de la muerte de nuestra Venezuela y el futuro de nuestros hijos.
Dicha marcha transcurrió sin tropiezos y con una participación bien nutrida y
entusiasta, al final de dicha concentración pude visualizar al representante de
la Mesa de la Unidad por mi municipio para las elecciones del próximo 6 de
diciembre y sin pensarlo le expuse mis temores y las razones técnicas que les
expliqué a ustedes en los párrafos anteriores,
me vio a los ojos, me preguntó mi nombre se lo dije, le explique que teniendo
ellos la posibilidad de sentarse de tú a tú con el CNE podrían exigir clarificar
esas dudas y temores, pues, no podíamos esperar nuevamente nos tocara el día de
las elecciones bajos esas oscuras circunstancias y que a las 5 pm como estábamos
ya malamente acostumbrados llegaran los delincuentes en motocicletas con armas
en mano y bajo la mirada complaciente de los miembros del ejército empiecen a
correr a todos los presentes en las colas para que luego quedaran los centros
de votación sencillamente desguarnecidos y los representantes del gobierno
sencillamente hicieran una verdadera orgia de votos inorgánicos, por ponerle yo
algún nombre a la posibilidad de que se ejerzan votos por otras personas ya que
sencillamente el sistema capta huella era una burla, un engaño, una especie de espantapájaros
que no espanta a nadie y lo que prioriza en el sistema de votación venezolano no
es la huella sino el número de cédula. El representante me dijo eso le parecía algo
lógico (mi preocupación) que lo iba a mencionar en sus reuniones.
2.- El pasado
19 de Septiembre 2015, volví a asistir a la marcha convocada por la oposición,
todo normal, mucho ánimo también podría decirse que un poco mas de gente que el
30 de mayo y casualmente al final del acto, veo al candidato, lo abordo
nuevamente y le pregunto por la inquietud que le presente el pasado 30 de Mayo,
la respuesta me dejo frío, me dijo “… todo va bien, las auditorias van muy bien…”
mi cara en ese momento debió ser un verdadero poema, sobran las explicaciones,
que significaba eso de “todo va bien”.
En
consecuencia y para pensar bien, concluyo nos tratan como niños (o como estúpidos)
que en función de no asustarnos o de no desalentarnos al voto, no nos dicen las
cosas como son, señores políticos de oposición, ya estamos grandecitos, somos
sus aliados, no sus enemigos, somos los votantes de a pie, los que sufrimos
este desastre país a diario, si alguien nos quiere robar el derecho de cambiar
nuestro destino ustedes deben decirnos, para así estar preparados para lo que
tengamos que prepararnos.
RGS